CENTRO INTEGRAL DE SALUD PÉLVICA
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¿Sabías que más del 50% de la población sufre de hemorroides a lo largo de su vida? Con esto no venimos a contarte que, como dice el refrán, mal de muchos signifique consuelo alguno, sino algo mucho mejor: que hoy en día existen técnicas quirúrgicas innovadoras y muy eficaces que han cambiado por completo el panorama de las hemorroides.
Nos referimos a nuevas técnicas quirúrgicas que no solamente acaban para siempre con las molestias, los picores y el sangrado que a veces provocan las hemorroides, sino que además han acabado también con los dolores que el paciente venía sufriendo durante y después de la operación.
Todo un avance con respecto a la cirugía convencional de las hemorroides, lastrada desde siempre por el intenso dolor que declara experimentar la mayoría de los pacientes durante los primeros 10 a 15 días tras la intervención.
En la nueva cirugía, primero se localizan las arterias hemorroides mediante sonda Doppler, y a continuación se realiza una ligadura selectiva de dichas arterias sin hacer herida alguna en el canal anal. Al no haber cicatrices, tampoco hay dolor.
¿A quién hay que darle las gracias? Sin duda al doctor Morinaga, que desarrolló esta técnica en Japón durante la década de los años 90. Los artículos científicos que han publicado los resultados de la aplicación de esta cirugía por todo el mundo, demuestran una significativa disminución del dolor postoperatorio con una baja tasa de complicaciones, y hasta la fecha, con resultados a largo plazo comparables a los de la técnica anterior.
Esta intervención se realiza bajo anestesia espinal o anestesia general, suele durar entre 30 y 45 minutos y permite una rápida vuelta a casa con apenas dolor. Aunque eso sí, a veces aparecen las molestias propias del tenesmo rectal, que no es otra cosa que la permanente sensación de tener ganas de defecar, síntoma que suele desaparecer durante la primera semana de postoperatorio.
Este tratamiento está especialmente indicado para las hemorroides de mayor tamaño o que sobresalen al exterior del ano. Las de menor tamaño, cuando molestan suele ser por sangrado, y se tratan de manera más sencilla estrangulándolas con una bandita elástica (técnica de Barron).
Parafraseando a aquel conocido anuncio de televisión, los pacientes de hemorroides pueden ir olvidándose de “sufrirlas en silencio”; más bien podrán decir, tras la operación, algo parecido a ese otro slogan publicitario: “¿Dolor, yo? ¡Nunca!”
